Bienvenidos!

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Gracias por visitar el pequeño nido del cisne.

Cuento con un pequeño compendio de escritos que van resultando de luces esporádicas de imaginación. Ratos de cielos color violeta sobre mi cabeza.


Escritor amateur, graduado de Letras, aunque lejos de los mejores honores. Aficionado también a la Historia y a la Filosofía.
Espero que encuentren amenos mis breves relatos. No aspiro a nada, pero me alegraré de saber si al menos una persona logró cautivarse un par de minutos. Supongo que eso hace la diferencia entre una rutina trazada y un devenir diferente.

¡Gracias de antemano!

miércoles, 27 de febrero de 2013

84. Asesíname.




Condéname, hiéreme, mátame, estoy dispuesto al sufrimiento que cualquiera pueda darme.
Corta mi piel, rompe mi cuerpo, deshazme, que más deshecho no podría estar de esta vida plagada de un sufrimiento sin igual. No le tengo miedo a la tortura; antes bien, la deseo, relamo mis labios partidos por sólo imaginar el placer del dolor.
Prodúceme dolor, apriétame entre tus garras, seas quien seas, no tengas la mínima piedad de mí, te lo ruego, porque no quiero vivir más.
La mejor manera de despedirme del mundo es con el mayor de los dolores, para recordar por qué tomé la decisión de escapar de él. Así que arrebátale la luz a mis ojos, déjalos sin brillo y extráelos si te place. Ataca mi garganta y déjala sin latidos. Arranca el alma de esta carne sin beneficio.
Me voy, me consumo en cenizas, la frialdad se apodera de mi ser; siento arribar la muerte y me rehuso a irme de la forma más cobarde y sin sentido. Golpéame, golpéame brutalmente, no tengas miedo que yo tampoco lo tengo.
Quiero ver tu furia, quiero ver tu tesón, quiero ver tu carácter. No te limites y continúa cortando, continúa hiriendo, vamos, ¿por qué detenerse? Corta, corta, mátame, desángrame, mátame, mátame. ¡Mátame, mátame, mátame!
¡Sólo quiero la maldita muerte!
¡Quiero dolor! ¡Dolor! ¡Agonía! ¡Sufrimiento! ¡Dame dolor! ¡Mutila mis manos, arráncame los ojos, rómpeme los huesos!
Písame, escúpeme, tírame, derrúmbame, abandóname, no quiero nada, no me des placer, no quiero volver a ser feliz. Estoy condenado desde hace mucho tiempo. Sí, sigue. Corta aquí y acá. Mira mi sangre brotar con el mismo entusiasmo con el que la veo yo.
Mi luz se extingue, lo haces bien. Quiero morir. Dame más dolor, que no lo pueda resistir, que muera con lágrimas, por la cantidad excesiva de tortura. No quiero morir sin antes haber sufrido lo suficiente.
Soy un miserable, trátame como tal. Puedes pisar mi corazón, extingue mis llamas, no tengo esperanzas, no tengo dichas ni tengo ilusiones.
Estoy a la disposición de quien quiera matarme.

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