Como un vidrio violáceo y sereno
Imperturbable
Sosegado
Aunque de radiante vida pleno
Se veía la superficie teñida
Plasmada y tensa
De un oscuro y temeroso lago
Entre el roble y la hierba caída
Tras las montañas y el raudo ramaje
Y bajo un límpido cielo bruno
Que terminaba de adornar el paisaje.
A dónde va la Luna inerme
Cuando a las aguas se sumerge;
Tal vez busque refrescarse
Cuando de aquéllas emerge.
Y hasta en la densa bruma
Casi parece dibujarse
Su silueta ancestral, callada
En el lago en que convergen
Vientos que suelen cruzarse
Con grandes certezas alternadas.
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