Bienvenidos!

Bienvenidos.
Gracias por visitar el pequeño nido del cisne.

Cuento con un pequeño compendio de escritos que van resultando de luces esporádicas de imaginación. Ratos de cielos color violeta sobre mi cabeza.


Escritor amateur, graduado de Letras, aunque lejos de los mejores honores. Aficionado también a la Historia y a la Filosofía.
Espero que encuentren amenos mis breves relatos. No aspiro a nada, pero me alegraré de saber si al menos una persona logró cautivarse un par de minutos. Supongo que eso hace la diferencia entre una rutina trazada y un devenir diferente.

¡Gracias de antemano!

sábado, 9 de julio de 2011

20. Abandono en el abismo.

   No sería la primera vez que me preguntara si tras las nubes me estarás viendo. Quizá todo este tiempo haya estado siendo observado, ¿pero cómo darme cuenta? Ocurre que de repente hay hinchazones en la bóveda, córvidas formas que se extienden sobre el firmamento, ojos delicados y sublimes entre lo efímero y lo espiritual. No me canso, mis energías no se agotan cuando pretendo verte a la lejanía, porque sé que estás ahí, tu alma se extiende hacia mí y me cobija con la sombra que produce, delicado ángel de blancas alas y sonrisa eterna, tan cerca y tan lejos.
   Abres tus párpados fantasmas tras las nubes. No estás respirando, tu alma es un hielo que anhela mi calor. En algún lugar te ocultas del mundo y a mi mente te presentas entre enigmas negros, abismales. No te preocupes, y no temas, si me puedes escuchar.
   Sé que tus ojos todo lo pueden saber de mí: no intento jugar a las escondidas contigo. Me exhibo, y deseo de todo corazón que tú también lo hagas con toda naturalidad, a pesar de todo lo que te cueste, te brindo mis energías, que sin ti no las quiero; te regalo todo de mí porque eso es lo que tienes, lo que te llevas y portas con ignorada galanura. Siento tus alas emplumadas ya en mis hombros, acariciándome, ¡oh, tan tibia tu sonrisa! No llores, no derrames lágrimas: ese pesar déjaselo a los seres como yo, muertos en vida, alejados de la realidad y escépticos a la alegría, incapaces ya de comprender el amor y el afecto. Me dejas solo, te vas de mi vida y te alejas de mi vista pero tu silueta reside en mi corazón desahuciado, flojo en sus latidos. Nadie me puede salvar de la oscuridad más que tu retorno, y sólo sería para acompañarte, alejarme del dolor terrenal y pasear contigo por las regiones siderales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario