Bienvenidos!

Bienvenidos.
Gracias por visitar el pequeño nido del cisne.

Cuento con un pequeño compendio de escritos que van resultando de luces esporádicas de imaginación. Ratos de cielos color violeta sobre mi cabeza.


Escritor amateur, graduado de Letras, aunque lejos de los mejores honores. Aficionado también a la Historia y a la Filosofía.
Espero que encuentren amenos mis breves relatos. No aspiro a nada, pero me alegraré de saber si al menos una persona logró cautivarse un par de minutos. Supongo que eso hace la diferencia entre una rutina trazada y un devenir diferente.

¡Gracias de antemano!

sábado, 9 de julio de 2011

23. Canción de cuna.


   Canción de cuna, canción de cuna para alegrar los males, para que pueda dormir tranquilo. Una canción de cuna quiero, porque la oscuridad impera libremente en mi habitación. Canción que me hace recordar a la rosa negra que me observa en el alféizar de mi ventana entreabierta. No seas cruel conmigo, ¡sólo te pido una simple,una humilde canción de cuna! En mi mente, el piano ya suena lento, queriendo arroparme en sus notas tenebrosas. Hay que reír, como estoy riendo yo en estos momentos, viendo tanta belleza, tanta muerte. Pero necesito concentrarme en lo que debo hacer ahora, que es dormir, soñar con cosas dulces y olvidarme de esta garra que se extiende frente a mi rostro, queriendo asirme, seguramente para llevarme al abismo final.
   Canción de cuna, canción de cuna, ¿quieres? Que no puedo mantener eternamente unas notas de piano revoloteando en mi mente, necesito expulsarlas, escucharte cantar lentamente, con misterio, para ofuscar los gritos lejanos de los espíritus nocturnos, que aunque sutiles, ya me taladran la mente.
   Anda, canción de cuna yo pido, porque la cortina al fondo se agita con el viento plútónico y deja entrever el exterior por la ventana, y me da miedo que tantas estrellas brillen a la vez. ¡Tanta luz! Todas brillan, aquí y allá, iluminando el campo exterior, guaruras de la reina Luna. Combátelas. Quiero, pues, la canción de cuna, una tan profunda que venga de lo más maquiavélico de tu corazón, de notas oscuras como nuestra noche. No cantes con tu voz, canta con el poder de tu alma, satisface a los espíritus. Haz caso. Necesito olvidarlo todo, dejar de considerar posibilidades fatales para mi vida. ¿No ves cómo danza la cortina? Un piano a lo lejos está emitiendo notas amargas, subterráneas. Ahí danza, porque ella las escucha, al igual que yo y que los cien fantasmas que bailan alrededor de mi cama. Una canción de cuna, te lo ruego por todos los dioses, los tuyos y los míos, y de toda la humanidad. Ya se enfría el ambiente, ¿o el que se enfría soy yo, tremulante ante los malos? Quieren que vaya a jugar con ellos, ¿tú los ves? ¿Y dejarás que me quede despierto, sí? Anda, una canción para dormirme, porque la sangre está escurriendo por la pared opuesta y yo ya no quiero ver cosas tan feas. Me haces padecer dentro de un laberinto sin salida. Quieres que lo viva, me haces ver cosas horrendas y yo no puedo dormir. Siento tu calor, un calor indescriptible, nunca sentido. Un calor maligno.
   Lo que quiero es irme lejos, alejarme de tu realidad y sumirme en la fantasía de los arcoíris. Ya me ves sonriendo, eso quieres, eso logras. Maldito. El mundo es una granja con cadáveres. Y la sangre me salpica, y tú no quieres darle esa importancia. Eres cruel conmigo. Llévame a tu sueño, a donde sea, aléjame del aterrador cuarto en el que yace mi cuerpo. Me aseguras que contigo estaré a salvo, pues que así sea.
   Canción de cuna, te lo repito, porque sólo con ella puedo dormir y los espíritus gimen, todos los que hay en mi habitación; los ojos desorbitados de un ente sin forma que me mira fijamente sin parpadear, sin perder detalle de mi reposo. Ya me hundí en la almohada, ¿te gusta?
   Nana... nana... canción de cuna... algo para dormir... somnolencia... ¿o es muerte? Unos pétalos negros se están escurriendo por el alféizar de la ventana, en donde creía ver una flor. ¿O son bichos desalmados, comandados desde el Averno? Huele a sangre, por favor llévame, duérmeme.
   Ya tengo claro lo que pasa. No tengo miedo a morir, dormiré plácidamente con tu magia. Con la magia de tus canciones. Lo sé. Olvido todo. Adiós a mi mundo, a la vida. ¿Qué me podía ofrecer esta granja maldita, este panteón? Canción de cuna, ¿ahora sí? Veo que de ti no recibiré nunca protección, porque eres el ser de la oscuridad absoluta. Voy, amigo. ¿Me duermes, por favor? Me siento en paz. Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario