Bienvenidos!

Bienvenidos.
Gracias por visitar el pequeño nido del cisne.

Cuento con un pequeño compendio de escritos que van resultando de luces esporádicas de imaginación. Ratos de cielos color violeta sobre mi cabeza.


Escritor amateur, graduado de Letras, aunque lejos de los mejores honores. Aficionado también a la Historia y a la Filosofía.
Espero que encuentren amenos mis breves relatos. No aspiro a nada, pero me alegraré de saber si al menos una persona logró cautivarse un par de minutos. Supongo que eso hace la diferencia entre una rutina trazada y un devenir diferente.

¡Gracias de antemano!

sábado, 9 de julio de 2011

21. Recetas para matarme.


   ¿Quieres que me muera? Déjame entrever tu silueta una vez más, haciendo rebotar los tiernos rayos de luz en tu espalda.
   ¿No me quieres más aquí? Vuélveme a dañar una vez más, tócame, hiéreme, hazme ver el lodo de mi alma.
   ¿Quieres que te deje? Posa una vez más tu mirada en mis ojos temblorosos, deseosos de huir de la realidad.
   ¿Te estorbo en este mundo? Cierra las puertas de lo que antes era mi corazón y que ahora es un órgano tremulante.
   ¿Quisieras verme sin vida? Reprime cuanto puedas mis deseos, hazme ver que sólo prefiero lo necio y sin sentido.
   ¿Te interesa descansar de mí? Vuelve a repetir el último golpe, uno más en el rostro, anda, hazlo de una vez.
   ¿Prefieres que ya no exista? Ríe de mis sueños, mófate de mí, haz que sepa que lo que anhelo es la mayor estupidez del mundo.
   ¿Mi presencia irrita tu vista? No olvides pisotear mi alma hasta dejarla herida de muerte, sin condición.
   ¿Tu recompensa es mi sumisión? Escúpeme, e invita a que los demás también lo intenten, no pondré resistencia.
   ¿Soy una piedra en tu camino? Haz bromas crueles sobre mi persona, búrlate de mi espíritu débil y temeroso, anda.
   ¿Mi vida te avergüenza? Júzgame, hazlo todo el tiempo, no dejes que dé un solo paso sin que tu lengua viperina me ataque.
   ¿Quieres apagar una estrella del firmamento? Tienes que cortarme las alas, pulverizar mis plumas. Dejar de esta ave soñadora una maraña de incoherencias, de locuras. No te preocupes. Tú no cometerás el asesinato, serás libre. Yo mismo lo haré. Ahí tienes la receta para verme muerto en poco tiempo.

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